Amparado bajo
una prensa afín plagada de mamporreros comprados en su periodo como oposición y una masa social con un porcentaje abrumador de subnormales a los que les
gustan los referéndums más que a un tonto un lápiz; el presidente no electo,
voz temblorosa mediante, ha vuelto a dejar la imagen de un desamparado
Barcelona en la lona. Bartomeu ha comparecido ante los medios el mismo día en
el que se ha vuelto a destapar la enésima mentira en relación a la relación de
la Junta con los violentos Boixos Nois y tras la sanción impuesta por la FIFA. Con
más mentiras que palabras y bajo el ya conocido y vomitivo lema del “lo
volveríamos a hacer”, el incompetente no sólo reconoce que han incumplido la
ley sino que se permite buscar manos negras y conspiraciones políticas. Esta junta,
la misma que aceptó una limosna por parte de la COPE como indemnización tras
las acusaciones de dopaje y no tuvo cojones de denunciar a Florentino cómo sí
hizo Jose María García (madridista declarado) en una tertulia radiofónica, se
envalentona hablando de buscar culpables y “manos negras” que buscan atacar al club. Como si ellos, hijos de puta, no lo estuvieran destrozando
salvajemente. Entre tartamudeos y dudas, con esa carita de seminarista
arrepentido y perrito apaleado, se pasó las irregularidades por el forro de las
pelotas y reconoció estar al tanto durante todo el año de la situación
irregular por la que se ha sancionado al club, pero que no esperaba, el muy imbécil,
que lo sancionasen porque otros clubes también la incumplen. Porque ellos son
muy guapos y tienen muchos valors y aman a los niños y a la vida y los demás
clubes son unos mierdas al lado suyo. Como el incauto que le dice al policía
que conduce borracho, pero que por qué le multa si hay otros que también lo
hacen. Antes, una última chulería agarrándose a un puesto amparado por unos
estatutos pero no por una votación demomocrática, el golpista seminarista dijo que su cargo no se resentía. Se resiente el Barcelona,
sinvergüenza. Y por dignidad, que no la tenéis ni de lejos, deberíais haber
salido cagando leches con la espantada de Rosell y su patética excusa de los
balines en la puerta de su garaje.
Esperaremos ahora
cómo reacciona el soci de a pie, un extraño especimen capaz de entregarles a estos chorizos,
imputados en la Audiencia Nacional, un cheque de 600 millones de euros para que
terminen de reventar el club, alicaten el estadio hasta el techo y coloquen un
techo retráctil para que no les llueva toda la mierda que se están tirando
encima, que van a necesitar un buen calculista. Mientras tanto, por cierto,
otro directivo llamado Javier Bordas, socialité catalana, anunciando al mismo tiempo fiestas mediante las redes sociales. Mejor esto que el populismo barato
que venden el seminarista no electo y el vicepresidente económico, con aires de
gafapasta de la Ivy League y rulos danzando al aire entre ninguneos a Messi y su
situación contractual. Vomitivo todo. Veremos qué pasa el sábado, si la
vergüenza ajena se apodera del soci y los echan democráticamente o algún
asilvestrado les tiene que echar a pedrada limpia y quema de contenedor. No
sería aquí dónde se lamentasen los hipotéticos y trágicos sucesos, que visto el
becerrismo que supura la mayoría de la masa social culé parece, por desgracia, la única solución. Es una pena que los violentos, capaces de pertrechar estos
estropicios vandálicos, estén de su lado porque los han comprado como las ratas
que son.
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